martes, 6 de mayo de 2008

detras del las nubes, se esconde el sol

jamás lo pensé, pero quizás
la fiebre que me agarro ese día
que tus brazos me soltaron,
me habrá querido advertir a través
de un simple dolor de cabeza, que
de a partir de entonces el dolor
seria eterno que aún lo sigo padeciendo.
que esa noche estrellada tan derrepente
se haya nublado tanto... haya querido
advertirme que al día siguiente se
estaba por desatar una tormenta
parecida al mar de lágrimas que
inundaron mis ojos los cuales
tardaron varios meses en secarse.

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